Contemplar el ocaso del sol, cuando nos deja en las tinieblas, desde el mar, resulta una estampa digna de admirar. Como habéis podido comprobar en otras fotos que ya incluí, pero que por motivos idílicos, vuelvo a mostrar aunque tomadas en diferente lugar, no tiene desperdicio observar, desde el mismo mar, cómo va desapareciendo sobre nuestro horizonte. No miento, aquí están algunas fotos de esos momentos inmemorables, paradisíacos, ensoñadores, estampas captadas desde un barco fondeado en uno de los pueblos de la isla de Ibiza.
